jueves, 22 de julio de 2010

El Romerijo, El Puerto de Santa María, Cádiz




Salud, camaradas, camareros y camarones. Bienvenidos al sancta sanctórum del marisco, a la rue del Percebe, a la mayor fuente natural de colesterol de la provincia de Cádiz y a la principal atracción del casco antiguo de El Puerto de Santa María, con perdón de otros templos más sagrados, aunque también menos divinos (todo hay que decirlo). 
Con varias terrazas propias y muchos bares aledaños que permiten consumir sus productos, El Romerijo es un cocedero de marisco situado en la plaza de la Herrería de El Puerto. También tiene otros establecimientos camino de la playa de Valdelagrana (otra Meca, entre tantas). No obstante, el que conocemos, respetamos y hemos visitado en múltiples viajes a la provincia sigue en esta plaza.


Para llegar en coche, hay que girar a la derecha en última rotonda de El Puerto antes del puente sobre el Guadalete y entrar en el centro. Si bien el parking de pago de calle Curva está a un paso del cocedero, en días tranquilos es recomendable seguir la calle, torcer a la derecha por la calle Virgen de los Milagros y aparcar en alguna de las paralelas a ésta, calle Cielo o calle Albareda, un poco más lejos, pero gratis. No siempre se puede, pero de vez en cuando conviene relajarse y no pensar en el parquímetro.


El cocedero 

El sistema es sencillo, y ya entramos en harina. Hay un mostrador con marisco cocido, como el de una carnicería con turno numerado, donde los comensales piden el marisco al peso, que meten en cartuchos. Después de pagar, uno se lleva el botín a las mesas de alguna de las terrazas, a los bares donde hay carteles que permiten el consumo de productos romerijos, a su casa, hotel o ciénaga (también lo preparan para viaje si es preciso). Las mesas suelen estar abarrotadas en horas punta, así que conviene coger una como puedas antes de pedir o, mejor aún, evitar esas horas y así no verse rodeado de una corte de buitres mientras uno come esos bichos tan difíciles de comer (actividad poco edificante para el observador y menos decorosa para el observado). 

Aquí debemos hacer un poco de historia. La primera vez que visitamos El Puerto, hace unos años, había varios cartuchos de marisco variados (más o menos a 15 euros) en carteles a la vista de los clientes en el cocedero. Ahora, algunos de ellos han desaparecido y otros quedan en la carta de las terrazas. Eso sí, desde aquellos días, el tamaño de las mariscadas Guadalete o Guachi ha disminuido algunos enteros. O a lo mejor padecemos gigantismo, o micropsia. Conjeturas aparte, ahora no merecen tanto la pena. Hay también mariscadas para dos personas (unos 25 euros), y mariscadas en plan brutal de unos 60 euros. 

En cuanto a monstruos con exoesqueleto al peso, hay precios para todos los gustos. Evidentemente, lo bueno se paga. Hay langostinos africanos a 5 euros el cuarto y langostinos tigre a 7 euros el cuarto, pero los langostinos de Sanlúcar cuestan unos 18 el cuarto (otra vez, niña, lo barato sale caro). En cuanto al percebe, lo hay gallego a 14 euros el cuarto (merece la pena), y marroquí un poco más barato. Los camarones son muy interesantes. Por 2 euros te puedes comer 100 gramos, peso que abarca una miríada de pequeñas vidas. Para mi gusto, mejores que los langostinos, las gambas y las quisquillas juntas, aunque cansan un poco más (la vida sigue tan dura...) Hay, cómo no, bogavantes, langostas, nécoras, centollos, patas chicas, bocas chicas, cañaíllas, quisquillas, gambas (también de todos los precios) y toda la corte de crustáceos habida y por haber. 


Para neófitos, se recomienda, aún con el efecto menguante, pedir una de las mariscadas variadas, para otro día elegir lo que más apetezca. Para colesteroleros avezados, ya sabéis lo que queréis, así que, como dijo Iggy, buscad y destruid.


Como ejemplo, os dejo la nota de la última vez que nos dejamos seducir, y de qué manera, por los artrópodos de agua salada. Decidimos darnos un pequeño homenaje de despedida de tierras gaditanas, conque compramos productos locales, algunos un poco caros. Ahora que los hemos digerido, incluso con cierto empacho, los echamos de menos. Por si no se ve (no estaba muy claro el original, y el escáner no es lo nuestro), un cuarto de percebe gallego a 14 euros, 100 gramos de camarón a 2.20, dos patas chicas a 4.44, 100 gramos de quisquillas a 7.80 y un cuarto de langostinos de Sanlúcar a 18 euros. En total, 46.44 euros, pero hacedme caso: fue una bacanal muy bruta. Luego la sufrimos en el viaje de regreso a Málaga. Sarna con gusto...

La freiduría

En la misma plaza, justo enfrente del cocedero, los amigos de Romero G. Hijo tienen una freiduría de pescado. Para los de fuera de Andalucía, hay que explicar el mito del pescaíto frito. En Málaga, desde donde escribimos Postre o café, el pescaíto frito es bueno y barato. No sé cómo lo hacen en los chiringuitos, pero nosotros no hemos conseguido nunca darle el punto en casa. Así que, la primera vez que visitamos El Romerijo, pedimos algún cartucho de pescado. Demasiada harina, y prácticamente quemado, amén de aceitoso. No es por ser chovinista, pero no merece la pena, lo mismo que no merece la pena venir a Málaga a comer marisco (aquí forma parte del universo lujoso). 

En Cádiz, es muy recomendable el choco (calamar) a la plancha, el atún de almadraba o el marisco, claro, a granel y a precios asumibles. Sin embargo, en algo tan mundano como el pescaíto frito, es mejor ir a lugares tan mundanos como Málaga, así que decantarse por el cocedero es una decisión sabia. Otra cosa es querer comer bife con chimichurri en Mongolia Exterior, o sushi de huevas de salmón en Guinea Ecuatorial. El rollo excéntrico está bien, pero no hay que jugar con la comida. ¿O era ciento volando?

Las terrazas


Aquí debemos ser inflexibles. El precio de las bebidas en las terrazas y bares asociados es abusivo. No es estratosférico, pero tampoco razonable. Muy por encima de la media de la provincia. La cerveza cuesta 2.15 euros y el tinto de verano, 2.25 euros. Casi a precio de festival. A su favor hay que decir que la cerveza viene fría, y la traen en jarra, conque uno no la calienta con los dedos (somos así de enrollados).


En las terrazas también sirven marisco a la plancha, y las mariscadas del cocedero en bandeja en vez de cartucho. Nunca hemos pedido ninguna de esas cosas, pero hemos visto a otros hacerlo a gusto. 


Dejamos también esta vez un ejemplo de la última vez que visitamos la terraza La Guachi (junto al cocedero). Cerveza sin alcohol para el conductor (la vida pega donde más duele TT) y tinto de verano para el copiloto, así como salsa rosa para alguien que sólo come artrópodos marinos cuando está en El Puerto. Bebidas por 9.60 euros. Teniendo en cuenta la suma anterior, el total asciende a 56.04 euros. Aún habiendo pedido al peso y a discreción, sigue siendo un precio interesante si lo comparamos con los de las marisquerías de por aquí, en las que a lo mejor tienes que dejar a tu mascota o a tus churumbeles de prenda.

El personal


Todas las veces que hemos ido por el Romerijo, nos hemos encontrado un personal amable y atento, muy al uso de la gente de la provincia de Cádiz. Además, es rápido. Hay que tener en cuenta que, a veces, las terrazas están como el metro de Tokio en hora punta, conque, o tiras la caña tú mismo, o esperas un minuto mientras tiras de gambas. Esta vida sigue siendo un valle de lágrimas.


Terminamos diciendo que recomendamos, por supuesto, este lugar a cualquiera que visite El Puerto y no sea vegetariano, a pesar del precio de la bebida. Es lo mismo que el Vaporcito o que el cine del colegio de San Luis Gonzaga. Hay que verlo, o comérselo. 


Vuelto del revés como el pulpo Paul para que podáis ver lo que he comido, me despido deseándoos buen provecho. Comed esto en conmemoración mía.


luis r,
gran gourmet de órganos guisados de gambas guepardo y langostinos al grill.












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